Lonas publicitarias: logra el máximo impacto visual
En un entorno saturado de estímulos (luces, pantallas o escaparates dispuestos para acaparar nuestra atención, entre otros), los edificios en obras y las fachadas son vitales para hacerse hueco en la jungla de la publicidad exterior. Sin embargo, el uso de lonas publicitarias, aunque es muy eficaz, debe ir respaldado por una campaña de marketing perfectamente orientada a este tipo de soportes.
A continuación os ofrecemos algunos ejemplos para que logréis sacarle el máximo partido a esta forma de hacer publicidad en las calles.
1. El espacio, clave para el formato
No es lo mismo diseñar una lona publicitaria para colgar de un edificio o andamio que hacerlo para situarla sobre un balcón. En el primer caso, se deberán cuidar al máximo los detalles y las proporciones para que la imagen de la campaña case bien con las dimensiones y la forma del edificio. En el segundo, sin embargo, dispondremos de menos espacio, por lo que no podremos cargar el espacio tanto como en la lona para el edificio y, en consecuencia, habremos de ser más sucintos a la hora de plasmar nuestras ideas. Tanto si disponemos de un equipo interno de diseño encargado de la campaña como si se la vamos a confiar a un estudio independiente, es fundamental que sepan escuchar nuestro concepto, pero no deberás perder de vista que son ellos quienes conocen mejor el medio y cómo sacar el máximo provecho a la superficie donde irá tu publicidad. Por ejemplo, si pretendes aprovechar una esquina, seguramente puedan añadir algún efecto visual de contraste entre los dos laterales. Por el contrario, si la superficie es lisa, las imágenes que se inserten deberán armonizar con su forma (sobre todo si no es el habitual rectángulo) y cuidar al máximo los detalles para que la lona impresa no se vea deslavazada desde la distancia.
2. Escoge una impresión de la mejor calidad
Para la impresión en gran formato, lo más recomendable es acudir a una empresa especializada y con experiencia en esta labor. Los profesionales lograrán asesorarnos a la perfección sobre el tipo de material, las tintas o incluso el tamaño de la lona que queremos imprimir, en función del uso que vayamos a darle o de la duración que vaya a tener la campaña. También nos podrán informar de si conviene optar por un acabado transparente u opaco, o bien de cuántos banners vamos a necesitar para poder desplegar nuestro mensaje completo.
3. Introduce un componente tridimensional
Algunas de las campañas publicitarias más exitosas han sabido sacar partido incluso de espacios a priori anodinos añadiendo un componente tridimensional. Por ejemplo, IKEA creó una fantástica campaña publicitaria en la que convirtió pequeños balcones en cajas y otros objetos para el almacenamiento, a fin de promocionar esta área de su negocio. Asimismo, el Departamento de Transporte de Nuevo México (EE. UU.) generó una gran controversia con una campaña para incentivar el uso del cinturón de seguridad: en una valla publicitaria, con fondo blanco, aparecía la parte inferior de un cuerpo que daba la impresión de haberse estrellado contra dicha valla (presumiblemente por no llevar cinturón).
Los límites los pondrá tu imaginación (siempre que no se superen los del buen gusto y el decoro). Con un poco de ingenio, lograrás dar con la mejor solución para tu campaña de publicidad exterior sin caer en polémicas.
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